NUESTRA PRIMERA CERVEZA

Un atardecer con el ocaso rojizo, en una terraza, recibiendo las brisas del mar suavemente en el rostro, bebiendo una cerveza artesanal hecho por mí. Así fue un sueño que tuve.
Pero, ¿Cuál es la realidad?
 
AlPico

Si algún cervecero me lee este artículo, no me dejará mentir que de la imaginación o sueño a la realidad hay mucha diferencia. 
Por eso, les contaré nuestra experiencia con la elaboración de la primera cerveza artesanal.
Un día, muy emocionados nos sumergimos en la búsqueda de lugares para comprar los insumos. Encontramos múltiples opciones, sin embargo, escogimos uno que tenga cierta historia, Red Cervecera que se ubica en Barranco. Nos confirmaron que efectivamente tenían todos los insumos. Entonces, emprendimos un viaje con el Metropolitano, seguros de encontrar todo lo que necesitábamos para hacer nuestra primera cerveza artesanal. 
Al llegar a la tienda de Red Cervecera, una señorita media apurada, nos preguntó ¿Qué tipo de cerveza van a hacer? En ese momento nuestra mente se nubló, no pudimos responder con certeza. La señorita se dio cuenta que no teníamos ni la mínima idea de los tipos de cerveza. Se me ocurrió decirle “quiero insumos para hacer cerveza de trigo”. La señorita, nos confirmó que sí tenía los insumos, nos sacó la cotización y nos solicitó hacer el pago. Ya estábamos más tranquilos, porque pudimos salir del apuro. 
El día de la preparación, no teníamos ni una miserable idea por dónde empezar, vimos algunos tutoriales en internet. ¡A cocinar!
Pusimos a fermentar en temperatura ambiente; pasaron dos, tres, cuatro días y no burbujeaba el airlock. Era momento de preocupación, buscar comentarios en internet, preguntarse, ¿Qué pasó? ¿por qué no sale las burbujas?
Después de tantas preguntas, decidimos medir la densidad para saber si estaba fermentando. Resultó que nuestro mosto era prácticamente agua. Otra vez, las preguntas de rigor ¿Qué pasó? ¿Por qué no sale bien? ¿Cómo se debe hacer? Etc.
Lo que había pasado es que la malta que nos vendieron estaba sin moler, sí, granos enteros. Que ¿Cómo no nos dimos cuenta? Porque nunca habías hecho cerveza. ¿Cómo lo descubrimos? Llevando una clase de elaboración de cerveza. Desde aquella experiencia, hemos tratado de investigar, leer y preguntar. Aquel día se me fueron las ganas de imaginar ese escenario descrito al inicio de esta escritura, nos llenamos de nostalgia pensando en el dinero que gastamos en los materiales e insumos. Pero el día siguiente, todo comenzó de nuevo. 
Si no cometes errores, nunca aprenderás. No podemos decir que ya somos maestros cerveceros, pero podemos decir que hemos aprendido la lección.
Si quieres hacer tus propias chelas ¡adelante! Que nada te detenga, que tus errores no sean un obstáculo, sino, una motivación para hacer algo mejor.
 ©Nely CB